La vida te pone un challenge tras otro. Tengo la sensación que haber vivido una serie de eventos históricos (cada uno a su modo) de forma demasiado consecutiva, mezclados con varios sucesos personales que también me han dejado mentalmente cansado. Que si el procés, que si luego la pandemia, que si luego la compra de mi piso y por último la decisión súbita de dejar un trabajo donde había hecho carrera 16 años. 

Y con todo esto detrás y una sensación de aún no haber cogido aire, de repente te plantan una tarta de cumpleaños delante y un par de velas con el número 40 en ellas.

Claro, inevitablemente te pones a reflexionar. Todo a tu alrededor cambia y te das cuenta de hasta qué punto. Tus sobrinas ya no son esas niñas que no paran de correr y gritar. Tus padres son (aún) más mayores. Ya no es que tus amigos tengan hijos: es que esos hijos ya están creciendo también. Los actores favoritos de tu infancia se van muriendo poco a poco.

La vida cambia, las prioridades cambian. Que ya no eres joven, vamos. Echas la mirada atrás e intentas ver lo que has logrado. Y se han logrado cosas, aunque haya sido muy lentamente.

Se supone que mi edad ya me autoriza para poder dar consejos sobre la vida en general a la gente más joven, pero mi sensación es que da igual los años que cumplas: al final comprendes que siempre tienes mucho que aprender. Si algo puedo afirmarte con firmeza con los 40 cumplidos es que aquello de “tantas cosas que hacer y tan poco tiempo para hacerlas” se vuelve muy real. Es ahora cuando detestas todo el tiempo que has perdido. Pero supongo que es ley de vida.

Tras unos años moviditos en todos los sentidos y con Trump preparando su nueva distopía, lo que quiero ahora mismo es tranquilidad en medio del caos que es este mundo ahora mismo. Tengo un trabajo que me encanta, vivo sin lujos y mi satisfacción está en que puedo comer cada día, tengo un techo, tengo recursos para que esté calentito en invierno y tengo una salud que me gustaría que durara todo lo posible. ¿Qué busco? Una vida tranquila, lo menos estresante posible. Con amigos y familia a mi alrededor, y saber aprovechar el tiempo para apreciar todo esto y aprender nuevas cosas. The little things.

Cumplo 40 años y dicen que las cosas cambian mucho a esta edad. Yo de momento siento que lo tengo todo bastante claro, así que seguiré fiándome de ello.

Gracias a todos los que, de un modo u otro, me aguantáis. Y a ver si este 2025 es el año de Silksong de una vez.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *