Ya he podido probar brevemente los nuevos iPad, presentados el 7 de mayo. Evidentemente, el iPad Pro sorprende por su delgadez y su ligereza. Apple ha vuelto a superarse en ese aspecto. Pero al mismo tiempo también se repite lo que ha ha ocurrido con los MacBook Air y MacBook Pro: la marca «Air» ha dejado de tener sentido.
¿De qué sirve que el iPad Air se llame así si es precisamente más pesado y más grueso? ¿De qué sirve que el MacBook Air se llame así si su grosor ha aumentado respecto a los modelos anteriores?
No digo que ese aumento de grosor o la mayor delgadez de los iPad Pro sea un problema, pero opino que quizás sea hora de decirle adiós al nombre «Air». Que los MacBook Air pasen a llamarse simplemente MacBook, por ejemplo. La marca es popular, pero se ganaría en simplicidad y coherencia.
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